10 maneras de ahorrar combustible al volante de un camión

10 maneras de ahorrar combustible al volante de un camión

06 de marzo de 2015

Noticias de interés sobre transporte

El precio de combustible es un factor muy importante en la gestión de cualquier empresa de transporte de mercancías por carretera. Y todo, a pesar de la eficiencia de los vehículos y de las mejoras tecnológicas de la última década y media. Ya sabe, mejor relación peso­-rendimiento del motor, motorizaciones híbridas, extensión del GPS para movimientos de flota, programación optimizada de las marchas, mejoras aerodinámicas, de la carburación…

 

Los costes de combustible de una flota de camiones vienen a representar alrededor del 30% de los gastos de las operaciones. Pero siempre, siempre es posible hacer más ajustes, más allá del rendimiento de la motorización o de los que recomiendan los fabricantes.

Sí, para reequilibrar, sin ir más lejos, las condiciones de gastos que imponen los tiempos de espera de los atascos y los de las entradas a las ciudades, los consumos de refrigeración y los que suman a los costes las rutas por zonas geográficas complicadas.

El consumo de combustible puede reducirse con un cambio de hábitos, con cierta perspicacia sobre lo que sucede o puede ocurrir con el tráfico en combinación con el transporte que se lleva. Veamos cómo en diez recetas sencillas que nos ayudarán a reducir el consumo de combustible:

1. Evaluación del tráfico rodado que se tiene delante. Observar cuáles son las condiciones de circulación que se tienen a cierta distancia permite adaptar las marchas y la velocidad al escenario. Se reducen los cambios de marcha y se mejora la eficiencia en los consumos. Usar la radio como forma de recibir información de otros compañeros en ruta o aprovechar la altura privilegiada del puesto de conductor para ver lo que pasa a distancia son fórmulas sencillas de tener información de primera mano para aprovecharla.

2. Mantener escrupulosamente los límites de velocidad. Los excesos de velocidad desencadenan varios efectos negativos, además de las multas, tenemos un mayor riesgo de accidentes y un consiguiente sobreesfuerzo para el motor. Un estudio señala que cada 8 kilómetros por hora de incremento por encima de los 100 kilómetros por hora aumenta un 7% el consumo de combustible.

3. Impulso en las subidas. Aprovechar la velocidad de bajada para superar una subida a nos viene a continuación, y como impulso, es una manera muy lógica de hacer economías al volante. El impulso natural evitará frenadas innecesarias, desplazamientos de la carga y, si se hace de manera hábil e inteligente, producirá también menos cambios de marcha.

4. Revoluciones, las justas. Los camiones más antiguos que aún circulan requieren del viejo doble embrague para acoplar las marchas. El doble embrague, aplicado a vehículos más modernos que no lo necesitan, castiga las cajas de cambios y, como efecto no deseado, se desperdicia combustible. Estamos hablando de un incremento del gasto de hasta un 30% en el peor de los casos. No deje de preocuparse por la relación más adecuada entre los caballos de fuerza del motor y el número de revoluciones más óptimo para cada marcha. Revoluciones, las justas.

5. Velocidad de crucero optimizada. Optimice el control automatizado de la velocidad de crucero si dispone de esa función como asistencia de conducción, le ayudará a mantener una velocidad constante, económica y segura.

6. Evite el sobrecalentamiento. Recuerde que un camión tipo al ralentí consume del orden de entre tres y cuatro litros de combustible cada hora. Evalúe en qué momentos necesita tener el camión en marcha.

7. Ajuste los deflectores. Si lleva en el techo algún panel deflector que desvíe el aire de la parte frontal y plana del módulo de carga, ajústelo para que cumpla su función. Si no cuenta con uno, piense en sus ventajas para mejorar la aerodinámica del vehículo. Esa mejora hará maravillas con el consumo de combustible. Créalo.

8. Evite el exceso de combustible en los depósitos. Mucho combustible en los depósitos puede generar escapes con el movimiento del vehículo, con su expansión por el calor ambiental y del sol. Algo que puede ser peligroso para los demás usuarios de la carretera y un desperdicio inadmisible.

9. Presión correcta de los neumáticos. La presión adecuada de las gomas del camión mejorará la adherencia, el control y la eficiencia de la conducción, pero también repercutirá en el consumo de combustible. Controle el aire de las ruedas regularmente.

10. Menos maniobras en frío. Un camión mal aparcado puede obligar a su conductor a muchos más movimientos para sacarlo a la carretera por la mañana. Y en frío, un camión, como sabrá, consume más combustible.

Ya ve que lo sencillo que es ahorrar combustible. Sólo se trata de un cambio de hábitos.

¿Cuándo empieza a aplicarlos?

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