Seguridad sanitaria sobre ruedas: Transporte de residuos clínicos
21 de julio de 2015
Noticias sobre medioambiente, transporte de residuos y mercancías ADREn Transambiental sabemos que los residuos clínicos representan un tipo de carga peligrosa muy frecuente en las rutas de transporte por carretera. Son los que se llevan desde los centros hospitalarios y entidades de investigación clínica a hornos o autoclaves externos donde se tratan o se eliminan.
Los objetos transportados son de naturaleza muy variada, yendo desde desechos ordinarios, material quirúrgico, textiles con o sin fluidos u objetos que han sido expuestos a agentes potencialmente contaminantes y demás; a muestras biológicas que se han de eliminar siguiendo en algunos casos estrictos protocolos de seguridad como cargas únicas y en contenedores especiales. Así pues, unos requieren más atención que otros, como si de un ser vivo se tratara.
El transportista es parte de la cadena de seguridad de estas mercancías potencialmente peligrosas, al mantener las rutinas de control de la carga y su sellado, su estiba y apilamiento y disponer de los medios para combatir fuegos o derrames fortuitos. De esta manera, se convierte en actor principal de la cadena de transporte cuando se capacita como buen observador de la infinidad de pequeños detalles y especificidades de las cargas y conoce y defiende las condiciones imprescindibles para mantener en todo momento la seguridad del transporte. Será pues, el guardaespaldas de dichas mercancías -pero sin traje negro ni gafas a conjunto-.
Como herramientas, los transportistas contarán según la legislación europea con un extintor de polvo seco de al menos dos kilos de carga a bordo quedando exentos los vehículos pequeños que transporten residuos desde los domicilios de los pacientes.
Los transportistas deberán observar que estas cargas no se exponen a roturas, también utilizarán elementos separadores para los embalajes y dispondrán de medios de limpieza recomendados para acondicionar el espacio antes de recibir los contenedores y después de abandonarlos.
Pero ¿en qué contenedores se ha de transportar esas cargas potencialmente peligrosas con desechos clínicos? La Unión Europea y cada estado no comunitario proponediferentes envases para los traslados más comunes que se pueden resumir en tres categorías comunes: cajas contenedoras pequeñas, otras de formato mayor similares a los contenedores de basura que hay en las calles de cualquier ciudad y bolsas de formato más reducido para los envíos 'a granel'. Hablemos de ellas y veamos sus especificidades:
-Cajas contenedoras pequeñas. Se trata de embalajes rígidos de material plástico o resina cuadrangulares para poder ser apilados que cuentan con un cierre hermético y que son suficientemente resistentes como para trasladar objetos punzocortantes (bisturíes, tijeras, agujas,...). Estos contenedores presentan diferentes tamaños, capacidades y formas alargadas y están diseñados en colores vivos, amarillos y rojos. En su parte exterior llevan las etiquetas que ofrecen información sobre los desechos clínicos que hay en el interior.
-Contenedores sobre ruedas. Se utilizan para trasladar bolsas de plástico selladas y certificadas con residuos clínicos, bien de material plástico o de acero. Deberán incluir en un lugar visible el mes y el año de su fabricación.
Uno de los problemas comunes con este tipo de embalajes es su transporte o almacenamiento temporal con tapas sin cerrar, que dejan escapes de fluidos o con su contenido sobresaliendo por sus bordes. En estos casos, el expedidor o el transportista debe solicitar su cierre hermético, o, en su caso, la reparación del contenedor que, además, debe permitir el movimiento de la carga y su estibado en los vehículos de transporte y disponer de los frenos adecuados de pie para su inmovilización. Ninguna carga de este tipo puede transportarse sin sellar.
-Transporte 'a granel'. Se trata de bolsas de plástico homologadas en las que se pueden trasladar desechos clínicos y en las que deberá incluirse el peso máximo admitido por cada bolsa. Suelen ser de color amarillo o naranja y presentan los símbolos distintivos que identifican sus contenidos como desechos clínicos, y, en su caso, como sustancias infecciosas. Estas bolsas no pueden ser comprimidas, apilarse indebidamente, ni exponerse a fuentes de calor.
En Transambiental somos conscientes de que la seguridad sanitaria no termina en los centros hospitalarios sino que se prolonga más allá con el transporte de los residuos médicos que se generan. Un buen conocimiento de dicho proceso es vital para garantizar la seguridad pública de todos.
Comunicación Transambiental